martes, 6 de octubre de 2009

Tu marcha


Y me quiebro como un trozo de hielo gigante, me deshago como una rosa marchita que deja caer sus pétalos con el rumor del viento.


Marchate y llevate contigo las cartas viejas, ya amarillas de un tiempo remoto, en las que esas hojas escritas fueron todo lo que necesite para seguir adelante.


Cierra la puerta al salir, no permitas que mi alma te siga, yo te observaré tras la ventana, aleja de mi todos los momentos que pasé contigo, porque son esos los que me consumen como el humo de mi cigarrillo.


Que los sueños que un día me permití se han caído por el roto del bolsillo del pantalón, y están pisoteados por decenas de transeúntes.


Y cuando la lluvia caiga sobre ti y te moje, serán mis lágrimas, las que hablen por mi, las que te empapen.


Y olvidame, porque si me recuerdas, me estarás matando en el más profundo de los silencios.

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