jueves, 19 de noviembre de 2009

Cuánta Decepción


Nuestra vida es como una especie de vagón de metro, entra gente en ella como en un metro en hora punta, gente con todo tipo de ideales, religiones, aficiones, personas variopintas, algunos bajitos, algunos más altos, hombres, mujeres, niños, ancianos... pero como en un tren, tienen la finalidad de llegar a un destino, en nuestras vidas es semejante, buscamos en las personas que entran en nuestras vidas una finalidad, ya sea amor, compañía, amistad o una simple complicidad, todos tiene un fin predestinado que cumplir. La confusión llega después, justo en el momento en que deciden no querer continuar en dicho tren cuando este ya va a toda velocidad y no hay posibilidad alguna de frenar, ahí es cuando duele, la persona te decepciona, no cumple con la misión que llevaba encomendada, hay trenes que se mueven por electricidad, otros por combustibles, hay personas que se mueven por interés otras, por sentimientos... pero no hay que olvidar que el oportunismo también es un sentimiento y es totalmente humano, desagradable si, pero humano.


Esto viene a que seguramente vosotros al igual que yo habéis abierto bien vuestros ojos y os habéis dado cuenta de que realmente estáis más solos de lo que creíais, que muchas de las personas que creéis que son “imprescindibles” y lo pongo entre comillas porque lo imprescindible se hace prescindible en el momento en que es remplazado por algo mejor, y sin motivo ni razón os hacen daño, quizá no lo hagan conscientemente, quizá tu tienes como prioridad a alguien que te tiene como opción, pero a veces, y por lo menos en mi caso, es algo que no puedo evitar, yo no decido a quien querer, a quien darle mi corazón en una caja de zapatos envuelta en papel de regalo, pero hay personas que nunca han sabido agradecer nada, y duele, como duele, si, también escuece...


Y lo más curioso es que cuantas más veces me prometo que no voy a esperar nada de nadie para no decepcionarme, más veces acabo haciéndolo y dejando cada vez más trozos en el camino, muchas derrotas, me desgasto, me borro con un papel escrito bajo la lluvia, me siento muy orgulloso de las personas que a pesar de todo y de todos siempre han estado ahí y siguen ahí pero por las demás, no estoy triste, solo... decepcionado.

3 comentarios:

  1. "Cuánta decepción... y todo por nada". Leyendo tu texto me revolotean las dudas. ¿Quién debe decidir quién entra en un tren, el pasajero o el conductor y dueño del tren? ¿Y quién baja? Supongo que hay de todo.
    Yo también trato de buscarle sentido a todo; en mi vida todo debe de tener una explicación, las cosas no pasan por pasar.
    Si esas personas deciden bajarse de nuestro tren, aunque nos duela, aunque nos destroce por dentro, debemos aceptarlo. Duele, y eso lo sabes tanto tú como yo. Pero todo pasa por alguna razón, ya sea porque las cosas serán mejor así, porque nos lo merecemos o simplemente porque alguien -ahí arriba, ahí abajo o vete a saber dónde- nos intenta poner a prueba.
    Yo ya no espero nada de nadie, y a pesar de que odio las sorpresas, no me importa que de repente me ofrezcan algo sin tenerlo previsto, sin contar con ello. Siempre pienso que voy a suspender un examen, así si suspendo ya lo sabía y si apruebo la felicidad es muy grande :). Llámame pesimista, pero yo prefiero llamarme previsora.

    No te preocupes, sé que la espera valdrá la pena.

    Y recuerda que no me importará seguir siendo tu víctima mientras sigas siendo mi héroe :)

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  2. Ya lo dice Eva e incluso tú mismo. Lo mejor es no esperar nada, pero como siempre se nos da mejor la teoría que la práctica ¿verdad? ;)

    Tu mismo dices " buscamos en las personas que entran en nuestras vidas una finalidad" y la decepción llega cuando ellas ya no quieren seguir jugando ese papel.
    Ya desde un primer momento estamos esperando "algo" a cambio ¿lo ves?

    A estas alturas de mi vida me parece normal que la gente transite por ella a su antojo, si me decepcionan me duele pero intento entenderlo y si me hacen daño pienso en aquello de "a enenigo que huye puente de plata"

    Animo guapetón. Las decepciones, de todo tipo, son una más de las lecciones que tenemos que aprender a palos.

    Te mando abrazotes y besotes.

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  3. Hola:
    Cuanta razon hallo en tus palabras, sabes nadie podia haber expresado el sentimiento de decepcion mejor k tu.
    Me encuentro en un momento de mi vida en la que eh perdido la fe en esa perosna tan especial como lo era a quien consideraba asta hace unos dias mi amiga y ahora solo es el recuerdo de algo que jamas fue capaz de brindar, duele y mucho pero mas le dolera hallarse un dia sola y hundida en las misma amargura en la k yo me encuentro, ha sido injusta conmigo, me encuentro un poco confundida de cual es realmente el sentimiento k ahora hay en mi corazon hacia ella, no quiero terminar odiandola pork se k me consumira ese sentimiento.
    Mientras ellas es feliz yo me devato en un mar de llanto.
    Duele y mucho haber allado al ser mas cruel y superficial.
    hoy me duele pero mañana te dolera mas a ti, lo prometo!!!!!!

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